Recuerdos

Recuerdos

Amanecía, desde el pequeño salón comedor del nivel superior, con ventanas hacia el río se comenzaba a divisar el muelle de pesca y atracadero de embarcaciones, distantes unos 70 metros, donde luego de terminar el desayuno con mi hijo Gabriel y mi amigo Cesare C. Longo, intentaríamos seguramente con éxito, las capturas de algunos pejerreyes de buen tamaño.

Habíamos viajado hasta allí, el día anterior , desde Campana, con una lancha colectiva de la empresa Galofre, por agua era la única forma de llegar.

Recuerdo que durante el recorrido, algo mas de una hora, pedíamos el servicio de cafetería algo original, al menos para mí, un Nescafé con leche condensada Nestle, bien caliente, donde a través del largo vaso de vidrio se podía ver por separado leche y café.

Luego de la llegada, era prioridad, con las lombrices traídas desde mi casa, pescar mojarras, ya que significaba de mucha importancia par lograr tener éxito con la pesca.

Cuando oscurecía, el farol a querosén o gas era la única forma de iluminación, salvo cuando si se justificaba, encendían el grupo electrógeno, que por otro lado era fundamental para llenar el tanque de agua, que era absorbida del río. A un costado estaba una gran vasija de barro cocido, que debíamos de llenar permanentemente, de la cual obteníamos agua filtrada para consumo.

Por la noche, la mayoría nos reuníamos en el salón comedor, donde contábamos con cocinas a gas y piletas para lavar, este espacio se construye de alguno modo cerrando con ladrillos la base o pilotes de aproximadamente 2,20 metros de altura, sobre los cuales descansaba la gran casa principal, construida de chapas acanaladas por fuera y forradas de madera por dentro, en ella teníamos si mal no recuerdo 6 dormitorios de 6 camas marineras promedio cada una, el pequeño salón comedor que mencione al principio y un depósito tipo proveeduría. Nunca olvidaré el aroma a querosén dentro de la casa, me decían que era el mejor desinfectante y que eliminaba todo tipo de bichos. Estas explicaciones daban lugar a bromas, tales como definir bicho a algún pescador.

La camaradería era para destacar, como así también la solidaridad quedan en mi retina, mente y corazón aquellos primeros años de la década del 1970.

Nota de Secretaria: El Sr. Ricardo Di Cristofaro es un reconocido y antiguo socio del Club que accedió inmediatamente se lo propusimos a contarnos alguna de sus experiencias. ¡Muchas Gracias!

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